🌎[1-2] ES UN CAZADOR INMORTAL Y BUSCA SU VENGANZA POR 170 AÑOS | Anime Resumen

En una noche fría, una niña llamada Suzune es arrastrada a un cobtizo por su padre, quien ya no puede soportar verla. Él desprecia su presencia deseando que nunca hubiera nacido y decide abandonarla allí durante toda la noche. Pero poco después, su hermano Ginta llega intentando rescatarla. Para su sorpresa, ella no está por ningún lado. Desesperado, corre por todo el pueblo buscándola hasta que finalmente la ve mientras se sube a un puente preparándose para dejar el pueblo atrás. corre hacia ella y le pide perdón por no haber podido protegerla del abuso de su padre, explicándole que solo se metería en problemas si intentaba defenderla. Suzune nació con un ojo demoníaco, lo que significa que está [ __ ] Ella sabe que nunca podrá tener una vida normal con un ojo así, así que le dice a su hermano que la deje y simplemente regrese a casa. Shinta se queda pensando por un momento tratando de decidir qué hacer hasta que finalmente se convence. ama a su hermana más que al resto de la familia, la toma de la mano y le pide que escape con él. Los dos dejan atrás su antiguo hogar, pero como todavía está lloviendo, el frío empieza a hacer efecto. Sin tener a dónde ir, Jinta lleva a Susune a las ruinas de un edificio antiguo y los dos se acurrucan juntos para mantenerse calientes. Susune ya se ha quedado dormida y Shinta está a punto de perder el conocimiento también, pero justo antes de hacerlo ve a un hombre acercándose, quien menciona algo sobre llevarlos con él. Cuando Jinta finalmente despierta, se da cuenta de que el hombre lo está cargando mientras Susune camina a su lado. El hombre se alegra de ver a Jinta despierto y lo baja con cuidado antes de que los tres continúen su camino hacia el pueblo del hombre. El pueblo está habitado principalmente por herreros que se especializan en forjar katanas, por lo que todos están ocupados trabajando en ese momento. El hombre guía a Jinta y Susune hasta su casa y cuando abre la puerta su hija corre a recibirlo. Aunque está feliz de ver a su padre, también se muestra intrigada por los dos niños que lo acompañan. Su padre le explica que a partir de ahora Yinta y Susune vivirán con ellos. le pregunta a su hija si está de acuerdo con eso y ella en realidad parece emocionada con la idea, ya que eso significa que tendrá amigos con quien jugar. Se acerca a Jinta para presentarse como Shiraayuki y espera que los tres puedan llevarse bien de ahora en adelante. Esa noche a nuestro protagonista le cuesta dormir, así que Motoaru le pregunta si algo le preocupa mientras limpia su katana. Motoaru escucha a Jinta preguntarle si es un samurá, pero Motojar le explica que en realidad es un centinela y que su deber es proteger a las personas y lugares importantes. Al otro día, Jinta y Susune se encuentran con Shiraayuki junto al río. Mientras regresan a casa, Shinta menciona a la madre de Shiraayuki, Yokase, quien ayudó a que él y Susune pudieran quedarse en el pueblo. Shiayuki explica que su madre es una Itsuki, una doncella del Dios del fuego y que solo el jefe del pueblo y su esposo Motoaru, quien actúa como su centinela pueden verla. Al día siguiente, Jinta entrena con Motoaru, pero como es un novato en el combate con espada, lo derriban fácilmente. Motoaru le dice que aún le falta mucho por aprender, pero que si sigue practicando, seguramente algún día se convertirá en un maestro. Pasan los años y Jinta se ha convertido en un nuevo centinela de la princesa del santuario. Ahora asiste a una reunión con todos los oficiales del pueblo y con la princesa misma, quien permanece oculta tras una cortina sin ser vista por nadie. Al comenzar la reunión, ella elogia ainta por sus habilidades excepcionales para matar demonios. Él responde humildemente que solo está cumpliendo con su deber proteger al pueblo. El último demonio al que enfrentó incluso intentó disfrazarse de humano para colarse en el pueblo. Uno de los oficiales empieza a mostrarse inquieto tras escuchar eso y los demás le preguntan si tiene alguna idea de por qué un demonio intentaría infiltrarse en el pueblo. El anciano sugiere que el demonio podría estar tras la princesa, ya que según la leyenda, si un demonio consume el hígado de una princesa, obtendrá la inmortalidad. Sin embargo, también podría estar buscando la espada sagrada Yaria, que ha sido heredada por generaciones y posee un gran valor, lo que la convierte en un blanco lógico para los demonios. El anciano continúa explicando que la espada Yaria fue forjada por uno de los herreros más talentosos que hayan existido y se cree que contiene poderes místicos. Si los demonios realmente están tras ella, todo el pueblo podría estar en peligro. El jefe advierte a todos que permanezcan alerta, pero Kiyomasa minimiza la preocupación. Después de todo, él y Jinta están encargados de proteger a la princesa, aunque deja en claro que no considera a Ginta apto para esta tarea. Justo cuando ambos están a punto de enfrentarse, la princesa los interrumpe, ordenándoles callar. Con la reunión terminada, todos salen del santuario, excepto Jinta, quien permanece para vigilar a la princesa. Con solo ellos dos presentes, la princesa sale de su cámara revelando que es Shiayuki. El protagonista la regaña por su imprudencia, recordándole que una princesa no debería dejarse ver con tanta libertad. Sin embargo, como han sido amigos cercanos durante años, ella ignora su advertencia. Luego menciona que Susune también está presente, aunque el santuario está estrictamente prohibido para los forasteros. Curiosamente, Susune no ha envejecido nada en todo ese tiempo. Cuando Yinta y Shiayuki la despiertan, ella sonríe de alegría al ver nuevamente a su hermano mayor. Chinta ha estado tan ocupado matando demonios que casi nunca puede verla. Aunque se alegra de reencontrarse con ella, regaña a Susune por haber ido al santuario, ya que está fuera de límites. Ella no entiende por qué no puede visitar a Shira. Yuki, si Jinta puede verla cuando quiera, pero las reglas son reglas, así que él le pide que regrese a casa. Después de que Susune se marcha, el jefe regresa al santuario con algo importante que discutir con Shiraayuki. Le pide a Jinta que les dé un momento a solas. Al principio, él se niega, pues considera su deber como centinela permanecer a su lado. Pero la princesa le dice que puede tomarse el resto del día libre y finalmente él se retira a casa. Mientras tanto, justo afuera del pueblo, dos demonios han fijado su atención en Susune debido a su ojo demoníaco. Al día siguiente, Shiayuki sale silenciosamente del santuario y se reúne con Yinta y Susune. Los tres deciden compartir el desayuno juntos, ya que ha pasado mucho tiempo desde la última vez que comieron como una familia. Después, Jinta y Shiraayuki salen en una cita. Ella tiene algo importante que contarle. Más temprano, el jefe le habló y le dijo que debía empezar a considerar tener un sucesor por si los demonios llegaban a matarla. Es un pensamiento sombrío, pero no equivocado. Por eso ahora Shiayuki debe casarse pronto y se ha decidido que lo hará con Kiyomasa, principalmente porque es el hijo del jefe y el futuro líder del pueblo. Nuestro protagonista no sabe cómo reaccionar ante la noticia y Shiayuki tampoco está feliz. le confiesa que está enamorada de Ginta y que vino con la esperanza de pedirle que se escaparan juntos y comenzaran una nueva vida, pero en el fondo sabe que él nunca aceptaría. Jinta juró proteger al pueblo y entrenó durante años para ello. Y Shiraayuki hizo la misma promesa al convertirse en la doncella del santuario. Irse ahora sería traicionar todo por lo que han luchado. Con el paso del tiempo, Jinta es convocado a una nueva reunión donde se le informa que han avistado a dos demonios en lo profundo del bosque. Sin perder tiempo se le asigna la misión de eliminarlos y él se prepara para partir de inmediato. Justo cuando está por irse, Kiyomasa lo intercepta. sabe que Ginta ya debe estar al tanto de la noticia. La princesa se casará con él. No entiende cómo puede actuar como si eso no le afectara en lo más mínimo. Ginta con serenidad le responde que no hay razón para molestarse, que lo único que le importa es la seguridad de la princesa y del pueblo. Lo más curioso es que Kiyomasa no está intentando presumir por casarse con Shiayuki, al contrario, sabe perfectamente que Jinta la ama y que ella también lo ama a él. Por eso, lejos de sentirse orgulloso, se siente mal por ser él quien estará a su lado. Aún así, Chinta ya ha tomado su decisión, así que sin más palabras, parte del pueblo para cumplir con su deber. Al adentrarse en el bosque, un demonio lo embosca sin previo aviso. Antes de que comience el combate, el demonio le pregunta si está solo, ya que el informe indicaba la presencia de dos demonios. Entonces le revela que su compañera tenía otros asuntos que atender en el pueblo. Un mal presentimiento se apodera de Ginta. Primero debe terminar con este enemigo, luego regresar tan rápido como pueda para detener lo que la otra demonio esté planeando. Con un golpe poderoso se lanza hacia el frente y logra cortarle un brazo al demonio. Pero la criatura no se detiene. Continúa su ataque con ferocidad, obligando a Jinta a retroceder. El demonio recoge su propio brazo sin mostrar ira ni dolor. Al contrario, parece impresionado por la habilidad de Jinta. Mientras tanto, en el pueblo, Susune está aterrada. Frente a ella se encuentra la otra demonio, una mujer que insiste en que Susun es igual a ella. Susune lo niega rotundamente. La demonio pronto se da cuenta de que lo único que mantiene a Susune atada a su humanidad es el profundo amor que siente por Ginta. Eso la frustra, porque para que una humana con un ojo demoníaco no haya sucumbido al mal, debió haber recibido un amor inmenso. Susune ama a Jinta con todo su corazón y escuchar a la demonio hablar de él en términos tan positivos le genera una extraña paz. Ahora que ha perdido el miedo, la demonio cambia de táctica y trata de convencerla de usar sus poderes. Le promete que no le hará daño y que al ser un demonio no tiene emociones ni deseos ocultos. Por eso puede confiar en ella, pero Susune se rehusa. Sabe que si hay siquiera una mínima posibilidad de que los demonios puedan hacerle daño a su hermano, no puede correr el riesgo. La demonio no puede rebatir eso. Así que prueba otro método. Le muestra una visión. En ella, Susune ve a Shiayuki desnudándose y a punto de besar a Killomasa. El impacto es tal que Susune vomita. Atónita le pregunta a la demonio si eso era real. Ella le explica que su habilidad le permite ver el futuro y compartir esas visiones con otros, justo como lo acaba de hacer. Aún así, Susune duda. Entonces, la demonio se ofrece a llevarla al santuario ahora mismo para comprobarlo con sus propios ojos. Mientras tanto, Shinta sigue luchando con el otro demonio. Antes de continuar, exige saber por qué los demonios atacan a los humanos. El demonio le responde que ese es simplemente su propósito. No todos los demonios están obligados a matar, pero cada uno tiene una misión que cumplir y la suya es detener a Jinta. Este demonio posee una habilidad única. Puede absorber las habilidades de otros demonios al devorarlos y también transformar su cuerpo a voluntad. Shinta sabe que si duda morirá, así que se lanza con todo para terminar el combate. Pero en un instante el demonio le arranca el brazo. Cuando intenta cortar su garganta, el demonio aplasta su espada con los dientes. A estas alturas, Jinta ya debería estar muerto, pero en el último segundo alcanza un fragmento roto de su espada. Con él atraviesa directamente el corazón del demonio, clavándolo con toda su fuerza. Y así, contra todo pronóstico, Shinta sale victorioso. El demonio, gravemente herido, acepta su derrota con una sonrisa. Está feliz de haber cumplido su propósito desde el principio. Esa fue su misión. Entonces le revela a Jinta un secreto inquietante. Su compañera posee la habilidad de clarividencia y la usó para ver 170 años en el futuro. En su visión, observó al demonio más poderoso de todos los tiempos, viviendo en ese mismo lugar. Por eso vinieron. Cuando menciona que hay un demonio en el pueblo, Jinta entiende al instante. Debe estar hablando de Susune. Pero antes de que pueda hacer algo, el demonio le dice que le dará un regalo por su victoria. Un segundo después, su brazo, aún con vida propia, se lanza contra Shinta, lo atrapa y lo aprieta con fuerza hasta hacerlo perder el conocimiento. Mientras tanto, en el santuario, Kiyomasa se encuentra encima de la princesa Shiayuki. Ella le ruega que se detenga. No está lista para tener un hijo. Al menos quiere esperar hasta saber que Jinta está a salvo. Sin embargo, Kiyomasa insiste. Según él, ahora es el momento perfecto. Señala que Jinta está en una reunión y si no lo estuviera estaría escuchando sus gemidos. Pero antes de que ocurra algo más, la demonio irrumpe entre las cortinas. Obliga a Susune a presenciar aquella escena perturbadora. Devastada se queda paralizada. Hinta despierta en el bosque. Sorprendentemente su brazo ha sido restaurado y el demonio ha desaparecido. Pero no tiene tiempo para preguntarse qué ocurrió. Susun podría estar en peligro, así que corre de vuelta al pueblo tan rápido como puede. Mientras tanto, Susune lucha por procesar lo que acaba de ver. Por tanto tiempo detuvo su propio crecimiento. Se contuvo a sí misma de madurar solo para no estorbar entre Yinta y Shiayuki. Pero ahora Shiayuki se casará con otro. Ese pensamiento es el punto de quiebre. Susune pierde el control. La rabia y el dolor la desbordan. Está furiosa porque Shiraayuki ha traicionado el amor puro que Jinta le ofrecía. La demonio la provoca con palabras que empujan a Susune al límite. Finalmente, ella toma la decisión. Usará sus poderes demoníacos. En un instante, una oscuridad densa cubre la habitación. Susune se transforma en su versión adolescente. Kiyomasa, desesperado, toma la espada legendaria y se lanza in a atacarla. Pero antes de que pueda hacer algo, la demonio lo deja inconsciente de un solo golpe. Luego arrastra su cuerpo fuera del santuario diciendo que aún tiene algo pendiente. Shiayuki queda sola. Momentos después, Ginta llega al santuario y encuentra a la princesa aún con vida. Ella corre hacia él directa a sus brazos, pero un segundo después, Susune aparece detrás y le corta la cabeza de un solo tajo. Chinta se congela, no puede creer lo que acaba de pasar. Susune aparece frente a él sosteniendo la cabeza de Shiraayuki. Él, destrozado, exige saber por qué haría algo tan horrible. Susune empieza a explicarle todo, el matrimonio, la traición, pero Jinta ya lo sabía y aunque no lo supiera, eso no le daba ningún derecho a matarla. En ese instante Yinta lo comprende. La susune que alguna vez amó ya no existe. Con Shiraayuki muerta, lo único que queda dentro de él es odio. El brazo demoníaco comienza a fusionarse con el resto de su cuerpo. Su forma cambia. Su mirada ahora está cargada de desprecio. Susune confundida, no entiende por qué la mira así. ¿Por qué la odia? Si todo lo que hizo fue por amor. Interpreta su expresión como una señal de que igual que todos los demás, él también la abandonará. Así que toma una decisión desesperada. Matarlo antes de que la deje. Lo apuñala en el estómago, pero apenas le hace daño. Shinta, sin dudarlo, responde atravesándole el cuerpo de un solo golpe brutal. Susune sobrevive al ataque. Shinta se acerca para acabar con ella, pero en el último momento, la demonio se lanza al frente y recibe el golpe por ella. se sacrifica para protegerla. Entre sus últimas palabras, le suplica a Susune que huya mientras aún pueda. Susune comienzan a alejarse herida y destrozada. Justo antes de desaparecer, se voltea hacia Ginta. Con voz fría y sin alma le dice que ya no le queda nada en este mundo, que no importa cuántos años pasen, llegará el día en que todo se derrumbe y ese día regresará. En los años 1800, Shinta, ahora llamado Jinja, se había ganado una sólida reputación como un cazador de demonios excepcional. Un día recibe una solicitud de parte de un hombre adinerado para una misión muy particular. El hombre le presenta a Senji, su asistente, y le informa que cualquier detalle adicional sobre la tarea podrá obtenerlo directamente de Senji. Luego de eso, se pone de pie y sale de la habitación. Senji saluda a Jinja y le pregunta cuánto sabe ya. El hombre ya le había explicado a Jinja acerca de su querida hija Natsu y su deseo de que él la protegiera de un demonio que apareció recientemente. Sin embargo, hay un poco más detrás de todo eso. En esencia, Yinja actuará como guardaespaldas de Natsu porque desde que cumplió 13 años ella asegura haber estado escuchando a un demonio afuera de su habitación. El demonio repite cosas como, “Devuélveme a mi hija.” Por eso Nats Natsu vive con el miedo constante de que el demonio intente secuestrarla. Hablando de Natsu, de repente irrumpe en la habitación buscando a Senji. Al notar a Jinja sentado allí, de inmediato asume que debe ser el guardaespaldas del que su padre le había hablado. Sin embargo, cuando Jinja intenta presentarse, ella lo interrumpe bruscamente, no quiere tener nada que ver con él y le ordena que se vaya de inmediato. Convencida de que no es más que un farsante que se hace pasar por cazador de demonios, Senji intenta convencerla de que Jinja es auténtico, explicándole que su padre hizo un gran esfuerzo para encontrarlo. Aún así, Natsu se niega a escucharlo y exige que Senji eche a ese cazador fuera. Más tarde esa noche, Natsu está sentada en la cama, todavía asustada con la idea de que el demonio podría regresar. Senji llega y se sienta afuera de su puerta para ayudarla a sentirse más tranquila. Tener a Jinja cerca probablemente habría sido la mejor opción, pero como Natsu lo ha rechazado, Senji decide asumir el papel de su guardaespaldas. No está seguro de cuánta ayuda podrá ser en una pelea real contra un demonio. Pero si eso le da algo de consuelo a Natsu, promete quedarse allí hasta el amanecer para que ella pueda descansar. Ella se siente aliviada de queji haya ido a protegerla, aunque él sigue dudando de que realmente haya aparecido un demonio. A ella le duele escuchar que Sanji no le cree del todo, igual que su padre, quien aún así contrató a un samurá para matar a un demonio. Senji no puede decir con certeza si el padre de Natsu realmente cree que los demonios existen, pero le asegura que está tomando todo esto en serio. Se preocupa profundamente por la seguridad de Natsu, aunque ella no sea su hija biológica. En ese preciso momento, Natsu escucha nuevamente la voz del demonio y empieza a temblar. Le suplica a Senji que la salve, pero él está congelado del miedo. Igual que ella, cuando finalmente ve al demonio, él le ordena a Natsu que se encierre en su cuarto mientras él se encarga del asunto, aunque no tiene la menor idea de cómo podría enfrentarse a una criatura así. Justo cuando el demonio está a punto de agarrar ai, Jinja aparece de la nada y le corta el brazo. Primero, Jinja le pide al demonio que revele su identidad, pero como no responde, decide simplemente partirlo en dos. Con un solo corte de su espada, el demonio cae al suelo y se disuelve en una nube de humo negro. Por el momento, Senji y Natsu están a salvo. Natsu se da cuenta de que Jinja es el mismo samurá que había echado esa misma tarde, así que él se vuelve hacia ella y le pregunta si aún cree que es un farsante. Natsu pregunta si el demonio está muerto, pero eliminar a uno no es tan sencillo. Por la experiencia de Jinja, los demonios solo están verdaderamente muertos cuando se desvanecen en una niebla blanca. Y como este se convirtió en humo negro, es una señal clara de que regresará. A la mañana siguiente, Senji le expresa su gratitud a Jinja por haberlo salvado. La noche anterior, sabiendo que el demonio volverá, le pide a Jinja que se quede con ellos una noche más. Él acepta diciendo que estará encantado de ayudar, pero primero tiene algunas preguntas sobre Natsu. Desde que escuchó al demonio exigir, “Devuélveme a mi hija, algo le ha parecido extraño.” Ahora quiere saber si hay más detrás de la historia. Senji aclara que los padres biológicos de Natsu eran parientes lejanos del jefe, pero murieron hace un tiempo, lo que llevó al jefe a adoptarla y criarla como su hija. Y por si acaso, Jinja ya tiene dudas. Senji insiste en que no hay absolutamente ninguna posibilidad de que Natsu sea una hija de demonio. Si lo fuera, el jefe jamás la habría adoptado. Luego revela algo más oscuro. La esposa del jefe fue asesinada por demonios y después de eso su hijo desapareció sin dejar rastro. Hasta el día de hoy, el jefe culpa a los demonios por haber destruido a su familia y su odio hacia ellos es profundo. Esa misma noche, Natsu cena con su padre y le pregunta si todo ha ido bien con su nuevo guardaespaldas. Al principio ella tenía sus dudas sobre Jinja, pero después de ver sus habilidades con sus propios ojos está convencida de que es auténtico. Aún así, Natsu no puede evitar preguntarse por qué su padre eligió a Jinja en particular para el trabajo. Él le explica que últimamente han circulado rumores en Edo, no solo demonios que se ocultan en las sombras, sino también sobre un espadachín misterioso capaz de acabar con cualquier demonio de un solo golpe, siempre y cuando el precio sea justo. El padre de Natsu investigó por su cuenta y confirmó que dichos rumores eran ciertos. Así fue como supo que no podía encontrar mejor protector para su hija que ese hombre. Natsu se siente aliviada al descubrir que su padre realmente la tomó en serio cuando le habló del demonio, ya que el amor de él es lo único que realmente le importa. Desde que fue adoptada, Natsu ha experimentado una gran alegría, pero también ha cargado con un tormento constante debido a los crueles rumores que la gente sigue propagando sobre ella. Más tarde esa noche, como estaba planeado, Senji y Jinja esperan fuera del cuarto de Natsu cuando de repente ella sale y le pide al protagonista que le diga su nombre, ya que no lo había dejado presentarse antes. Como su padre claramente lo respeta, ella ha decidido confiar en él también. Jinja nota lo mucho que Natsu quiere a su padre adoptivo Yuo, pero eso le parece completamente natural. Después de todo, él la recibió en su hogar y le dio un lugar al cual pertenecer, así que ella siente una profunda gratitud hacia él. Mientras conversan sobre el tema, Yinja menciona un rumor que escuchó sobre el hijo desaparecido de Yuso y le pregunta a Natsu al respecto. Sin embargo, en cuanto lo menciona, Natsu grita que no sabe nada al respecto. Es evidente que es un tema delicado para ella, así que Yinja decide dejarlo por el momento para no incomodarla. Natsu luego le pregunta a Jinja si realmente es posible que un humano y un demonio tengan un hijo juntos. A lo que él responde que sí. Esto lleva a Natsu a preguntarse si podría ser hija del demonio que la sigue atacando, pero Jinja la tranquiliza diciéndole que no tiene ninguna conexión con ese demonio. Natsu le pregunta, ¿cómo puede estar tan seguro? Entonces Jinja le explica que tiene cierta historia con ese demonio en particular y por eso sabe que no podría ser la madre de Natsu. También le cuenta que hay varias formas en las que un demonio puede surgir en este mundo. Pueden nacer de dos padres demonios, de la unión entre un demonio y un humano, o en casos más raros, aparecer de la nada. Este último tipo de demonios nace de la esencia de emociones poderosas, especialmente las negativas. Cuando esos sentimientos oscuros se acumulan dentro de las personas, a veces pueden manifestarse en forma de un demonio como el que están enfrentando ahora. Natsu empieza a alterarse al ver nuevamente al demonio, así que Jinja se le acerca con calma y le pide que diga su nombre. El demonio no parece lo suficientemente inteligente como para entenderlo. Cuando se lanza sobre él, Jinja le da un golpe en la cara y lo inmoviliza contra el suelo. Senji le insiste a Jinja que lo mate de una vez, pero él responde que si lo hace, el demonio solo volverá una y otra vez. Natsu exige saber por qué, lo que lleva a Jinja a explicarle que ese demonio nació de sus propias emociones. Se manifestó debido a la creencia de Natsu de que causar problemas haría que su padre le prestara atención. Al principio Natsu rechaza esa idea, pero a medida que Jinja sigue hablando se da cuenta de que tiene sentido. Ella había deseado con desesperación algo, lo que fuera, que hiciera que su padre la viera como su verdadera hija. Y entonces de la nada apareció un monstruo para cumplir ese deseo. Yja le dice que la única forma de que ese demonio desaparezca para siempre es que ella recupere el control sobre sus sentimientos. Pero Natsu no sabe cómo podría lograr algo así. Nuestro protagonista le explica que lo único que debe hacer es aceptar lo que siente y pedirle sinceramente que acabe con el demonio. Natsu guarda silencio mientras reflexiona y entonces se da cuenta de que todo lo que realmente deseaba era que Yuso la amara como a su propia hija, pero en el fondo siempre dudó que él pudiera hacerlo. Por eso Natsu se convenció a sí misma de que si un demonio la atacaba, quizás entonces su padre finalmente le mostraría el cariño que tanto ansiaba. Y ahora esos sentimientos retorcidos han tomado forma física justo frente a ella. En cierto modo, ese monstruo es ella. Pero Jinja la detiene rápidamente. Le insiste en que no debe verlo así. Sí, el demonio puede haber nacido de sus emociones, pero eso no es lo importante en este momento. Senji interviene también. Él sabe la verdad. Yuso ama a Natsu más que a nada en el mundo y ella siente lo mismo por él, aunque ninguno de los dos sea bueno expresándolo. De ahora en adelante, Natsu tendrá que enfrentar sus sentimientos de forma más abierta, pero Senji le promete que no tendrá que hacerlo sola. Él estará a su lado en cada paso del camino. Esas palabras le dan a Natsu la confianza necesaria para por fin soltar la duda y el desprecio hacia sí misma que dieron origen al demonio. Así que con determinación le dice a Jinja que lo mate de una vez por todas. En cuanto Jinja escucha esas palabras, saca su espada y con un solo movimiento preciso parte al demonio en dos. Esta vez el cuerpo del monstruo no sangra ni ruge, simplemente se desvanece en una niebla blanca. Jinja asiente sabiendo que eso solo significa una cosa, no volverá. Sin embargo, más tarde esa misma noche, después de que Natsu ha vuelto a la cama, la forma del demonio comienza a reaparecer. Jinjak, que aún sigue despierto, no se sorprende del todo. Si la criatura hubiera nacido únicamente de las emociones reprimidas de Natsu, habría desaparecido en el momento en que ella decidió enfrentarlas. El hecho de que esté regresando solo puede significar una cosa, los sentimientos de otra persona también contribuyeron a su existencia. Y según lo que Yinja ya sabe, solo hay una persona más en esas tierras que tuvo la capacidad de convertirse en un demonio, la esposa de Yuso. Ahora que las emociones negativas de Natsu han desaparecido, el demonio apenas logra mantener su forma. Pero lo más desconcertante es que ya no llama a Natsu, sino a Susune. Y en ese momento Yinja lo entiende todo. Él no solo ha enfrentado a un demonio, sino a su madre. Ese ser es la madre de Susune y también su madre. La verdad es que Jinja no conserva recuerdos claros de cómo era su madre cuando estaba viva, pero igual le duele que las cosas hayan terminado así. Lo único que puede hacer ahora es poner fin a su sufrimiento para que finalmente pueda encontrar la paz y seguir adelante. A la mañana siguiente, mientras Jinja se prepara para partir, Senji y Natsu salen a despedirlo y agradecerle una vez más por todo lo que ha hecho. Pero Jinja les dice que no hay necesidad de agradecimientos, que él ya ha recibido su recompensa. Además, todo esto lo ve como una forma de enmendar el pasado. Natsu lo mira confundida, sin entender del todo a qué se refiere. Entonces Jinja le explica que al hacerse mayor ha tenido la oportunidad de reflexionar sobre sus decisiones pasadas. Cuando huyó con Susune pensaba que estaba haciendo lo correcto, pero nunca se detuvo a pensar en cómo sus acciones habrían afectado a su padre. Natsu sigue sin comprender por completo sus palabras, así que Yinja solo le aconseja que valore el afecto que su padre le brinda. Dicho eso, le da una última mirada y se aleja con paso firme. Poco después, Yuso aparece. Senji le pregunta por qué no salió antes para despedirse de Jinja también, pero él simplemente lo minimiza diciendo que siempre supo que su hijo tendría éxito, así que no vio necesario expresar gratitud formal. Senji frunce el ceño confundido. Su hijo, ¿por qué tenía tanta confianza en ese cazador errante? Pregunta, porque es natural que un padre crea en su propio hijo. Responde Yuusso con una ligera sonrisa, dejando caer la verdad como si no fuera nada. Los demás aún no han descubierto que Jinja es en realidad el hijo perdido de Yuso y él no tiene intención de decirlo de forma explícita. con un gesto despreocupado le dice a Senji que deje de perder el tiempo y vuelva a sus deberes. Está a punto de irse, pero Natsu lo detiene. Tiene algo en mente. Con timidez, le pregunta si hay alguna forma en la que pueda ayudarlo con su trabajo. Yuso se sorprende ante su ofrecimiento repentino. Ella le explica que fue Jinja quien le aconsejó mostrar gratitud por la bondad de su padre. Eso lo conmueve más de lo que deja ver, porque es una señal clara de que Jinja a pesar de todo, aún lo ve con buenos ojos, pero con una cálida sonrisa, Yuso le responde, “No me debes nada. La mayor alegría que un padre puede tener es ver a su hija crecer sana y feliz. Yeah.

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🌎 Anime: Kijin Gentoushou

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